Articulo publicado en Andaluciainformación el 03/06

Todos son datos pero con una sola intención, marear la perdiz. Todavía no estoy habitando la casa y me ha llegado el aviso de pago con la cantidad de 35 euros de agua, viene incluida la basura, pero no qué clase. Gasto mínimo, menos mal. Y eso que sólo he abierto el grifo dos veces: Una para limpiarme las manos de pergolán y otra para enjuagarle los labios a mi niña chica que se había comido un Miko lápiz. Ni yo gasto tanto en pergolán (gracias a Dios), ni mi niña tiene la boca como Massiel para que venga esa cantidad de dinero. Pensé que la tubería me la había conectado al Aquasherry y pagaba el recibo a medias con ellos, y claro, me puse a temblar imaginando lo que pasará cuando mi señora haga uso de la lavadora, el lavavajillas, la ducha, etc. Tendré que reducir gastos y los que van a salir perdiendo son los pescaos de la pecera del niño, así que, aunque se me cuelguen por el barandal del patinillo los de Greenpeace, la pecera por mi madre la lleno de Sprite, me da igual que los pescaos estén to el día eructando por la acumulación de gases, que se adapten a la crisis. Y para las próximas navidades por el río del Belén viviente no bajará agua natural, tiras de papel Albal, aunque huelan a jamón york los pastores, ¡que se joan! El precio de la luz es otra novela del Alcances, que se recibe to los meses, como si fuese el catálogo del Círculo de Lectores. Otro timo, 14 euros y ni una bombilla puesta. Si la Biblia dice que Dios creó la luz, ¿Qué apóstol fue el chivato que le dio la idea para poder el recibo? ¿No pensó en los pobres? Por eso en mi dormitorio a San Judas lo tengo en la mesita de noche con un mechero Cliper en la mano y un chaleco de tráfico pa el que quiera verlo, que esfuerce la vista. A partir de primero de julio hablaremos de otros recibos.
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